Una norma que tienen los restaurantes
es la de no poner sal de mesa a la vista de los comensales, la comida se sirve
bastante salada pero es el cliente el que tiene que pedir sal adicional, nunca
vas a encontrar saleros en la mesa.
Los argentinos tienen la
costumbre de tomar mucho mate, y este muchas veces se acompaña de azúcar o
edulcorante. El mate se bebe solo o acompañado, en cualquier momento del día.
El problema del mate es que dificulta la absorción de hierro, y también se
tiene que tener en cuenta el gran consumo de azúcar simple, si este se utiliza
para endulzar la bebida.
Hemos podido observar la gran
cantidad de puestos tipo quioscos donde se venden grandes cantidades de
productos superfluos tipo chocolatinas, caramelos, facturas, etc. Des de
nuestro punto de vista y a base de la propia experiencia, incitando a
consumir-los desmesuradamente.
El alimento estrella de este
país es el dulce de leche. Este se consume ya sea solo o en tostadas, pero
también formando parte de otros alimentos como por ejemplo facturas, “churros”,
todo tipo de pasteles/tortas, entre otros.
Un desayuno porteño consta de
tostadas, galletitas o facturas; con mermeladas y mate/café/leche. Los
almuerzos y las cenas son parecidos a los nuestros, un poco de verdura, carne i
carbohidratos. Platos típicos que se consuman son, las milanesas (acompañadas
de puré de papas o verduras) i las pastas. Sin dejarnos los asados, estos a
partir de carne de vacuno y acompañados de panes, salsas y otros alimentos.
En esta fecha, ya llevamos
bastantes días en Buenos Aires, y es por eso que hemos tenido la gran suerte de
degustar un poco todas esas costumbres, el mate, un buen asado argentino y
algunos de los diferentes productos superfluos que se encuentran en el mercado.
Para terminar, comentar que
para nada hemos extrañado la comida catalana, ya que la cocina argentina no se
diferencia mucho de la nuestra, y además en los diferentes supermercados se
encuentran todo tipo de productos, y por lo tanto no es difícil poder seguir
una dieta mediterránea. Solo hay una excepción, el aceite de oliva. Ese último
producto es muy caro, y es por eso que el aceite que más se utiliza es el de
girasol, además los habitantes porteños aún tienen la idea de que el aceite de
oliva es malo si este es frito, es por eso que las nutricionistas del hospital
solo lo recomiendan para ser usado en crudo.
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