El día a día de las nutricionistas de
los hospitales es igual en ambos.
Cuando llegan las nutricionistas,
indistintamente de cuál sea su sala, lo primero que hacen es ir a planta a ver
las indicaciones que han puesto los médicos nutricionistas sobre sus pacientes.
Normalmente, en las indicaciones aparece las
siguientes opciones:
- - Dieta general: come el menú del día.
- - Dieta baja en sodio
- - Dieta rica en fibra
- - PAE y el número de kilocalorías que se le administra por sonda.
- - NxB: que significa nada por boca, se pone cuando el paciente no puede comer porqué se tiene que hacer algún estudio o porqué no puede ingerir alimentos por vía oral.
Luego en función de eso modifican las
pautas para el desayuno. También miran si ha habido algún ingreso o alta nuevo.
Seguidamente, van a ver al paciente y le preguntan cómo toleró la comida del
día anterior, si hay algún alimento que no le gustó, si ha ido al baño y el
tipo de consistencia, si ha tenido náuseas…
En caso de ingreso nuevo, se le hace una
pequeña anamnesis dónde le preguntan el peso, la talla, sus hábitos de comida, los
alimentos que come habitualmente, los que le gustan, si tiene alergias e
intolerancias alimentarias…
Una vez se tiene registrado las altas,
los ingresos i las nuevas indicaciones se planilla las comidas del día,
teniendo en cuenta lo que nos ha explicado el paciente. Estas planillas se llevan a la cocina para que
la nutricionista encargada haga una estadística de los platos que hay que
preparar.
A la hora de emplatar el almuerzo, se
necesitan dos nutricionistas para dictar los platos de cada paciente y así
controlar que no haya equivocaciones.
Por último, se hace una nueva recorrida
en las distintas plantas para ver si hay cambios en la alimentación de las
pacientes, ingresos o altas, para asegurar bien el almuerzo.
Lo mismo se lleva a cabo para la
merienda y la tarde.
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